La semana pasada estuvo un muchacho de 18 años en mi clase…en contra de
su voluntad y me lo hizo muy claro.
Estaba en la parte de atrás y no estaba causando ninguna interrupción, así
que no fue difícil ignorarlo. El tópico fue
la Taza de Amor. Hable de cómo nos
portamos cuando está vacía y que bien nos sentimos cuando esta llena. Hable de que nosotros como padres sabemos que
amamos a nuestros hijos pero no siempre se sienten amados y por eso es
importante preguntarles “Como esta tu tazita de amor?” Y hable de que la otra cosa que les tenemos
que preguntar es: “Hay algo que puedo hacer para llenarte la taza un poquito?”
Esa clase fue un Miércoles. El
Lunes, me hablo la mama de ese muchacho para decirme lo que había ocurrido el
fin de semana. Me dijo que ella no se había
atrevido a preguntarle a su hijo “como esta tu tazita de amor?”, pero que el
Domingo, el la sorprendió cuando le dijo, “mama, tu me puedes llenar me taza de
amor con ir a jugar basketball conmigo.”
Ella fue estaba muy contenta que fue aunque se lastimo un dedo y ahora
le dolía. Ella me dijo que nunca se le hubiera ocurrido que su hijo quería que
ella hiciera eso con él.
Le agradecí por haberme dicho porque muchas veces cuando comparto lo de
la taza de amor, las personas creen que eso es para los niños chiquitos. Pero no. Es para todos. Todos queremos ser amados. Así que, anímate y hazles estas dos
preguntas.
1. Como esta tu tazita de amor?
2. Hay algo
que puedo hacer para llenarte la taza un poquito?
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