Esta semana
vino una mama a la clase. Tiene dos
hijas, una de 12 y una de 14 años. Su
gran preocupación era que no podía quitar a su hija de jugar un juego de video
que el papa le había comprado y tenía miedo que le hiciera daño. Es de esos bien feos...muy violentos.
Para mí, lo
peor de la situación no es el juego de video, lo malo es que no tiene el
respeto de su hija.
Pero con eso
le puedo ayudar así que me da gusto que busco ayuda.